Soles vespertinos detienen el vuelo transparente del insecto,
mientras pequeños universos develan sus secretos
en el juego ancestral del viento entre las hojas
CUENTOS PARA NO DORMIR Y OTRAS COSAS
Espacio de expresión literaria y juegos de creatividad
Buscar este blog
La Noche
Fotografía Celia Vera (2012) |
alivia la densidad del tiempo
de mi tiempo
en su ala de
murciélago
acoge el brillo suspendido
de la luna.
Su fulgor resbala,
se desliza,
transfigura los objetos,
entreteje las
historias de las cosas,
revive personajes del ensueño.
La noche con sigilo
acalla el paso de la horas.
revive personajes del ensueño.
La noche con sigilo
acalla el paso de la horas.
LA CASA
Durante el día;
triángulos y círculos
triángulos y círculos
se convierten en siluetas,
espirales de sensaciones
se adhieren a las paredes
y esferas de ensueño
delinean los fantasmas
de la noche
HOSPICIO
Celia Vera (2011) |
Resuena en los viejos arcos
música de hojas secas,
rompe con su armonía
el silencio de los fantasmas.
el silencio de los fantasmas.
Un aire lleno de voces
se condensa en los muros,
llueve pasado sobre los patios
llueve pasado sobre los patios
ATARDECER
Fotografía Celia Vera (2011)
Una vez más,
el misterio cotidiano
convirtió al fuego,
en dueño y señor
del horizonte.
Fotografía Celia Vera (2011)
Espectantes las nubes
hijas del tiempo
aguardan la visita
de los dioses de la noche
Pinceladas volcánicas
delinean el oleaje nuboso
del paisaje
ESPUMA
Fotografía Celia Vera (2011)
Tus giros fantásticos dibujan
con sabiduría de artista
innumerables rostros;
criaturas imposibles,
habitantes de universos momentáneos
que incansables desfilan
en la eternidad del movimiento
en la eternidad del movimiento
UN ESPIRITU SABIO
Los celtas creían que cada árbol poseía un espíritu sabio y que sus rostros podían verse en la corteza de sus troncos y sus voces escucharse en el sonido de las hojas moviéndose con el viento, leí en el muro de una amiga de facebook. Me gustó la imagen y me puse a reflexionar sobre lo que observo cotidianamente al recorrer la ciudad. Me dí cuenta que en León los beneficios de los espíritus celtas son ignorados. Pues es una práctica común podar los árboles hasta dejar un pequeño tronco o talarlos completamente.
Arboles de muchos años que sin consideración son desaparecidos con el pretexto de que estorban los cables de la luz o porque el follaje o flores que dejan caer constituyen una molestia para la limpieza de las banquetas y sin más deciden acabar con ellos.
A diferencia de lo que se puede observar en infinidad de ciudades de México donde antiguos árboles llenan de belleza plazas y avenidas. Sorprende que en León no se permita que crezcan y el paisaje urbano esté dominado por el concreto. Signo de riqueza cultural y progreso es la admiración y respeto por la naturaleza. Como dijo en alguna ocasión Victor Hugo “Primero fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales”
En la medida que una ciudad cuente con áreas arboladas la calidad de vida mejora pues el aire está menos contaminado y las lluvias son más frecuentes ya que moderan las inclemencias del clima y dan albergue a la vida silvestre. Además de la recreación estética que implica la vista de sus formas, hojas y flores y también la que propician sus habitantes, pájaros y animales de diversas especies.
En algunos boulevares de la ciudad existían desde hace tiempo hermosísimas jacarandas que en los últimos años han ido desapareciendo, porque los han podado o literalmente talado ya sea la Compañía de Luz o los vecinos alegando que son una molestia. Algunas veces los sustituyen con árboles jóvenes que tardaran largos años en crecer.Sin tomar en consideración que los árboles brindan grandes beneficios a las ciudades pues la caída de la lluvia, nieve o granizo se absorbe a través de ellos, protegiendo a las personas, los animales y también los edificios. Los árboles interceptan el agua, y almacenan parte de ella lo que reduce el escurrimiento excesivo causado por las tormentas y la posibilidad de inundación. Las heladas son menos duras debajo de los árboles porque el suelo libera menos energía radiante por la noche. La temperatura es más fresca en la proximidad de los árboles que lejos de éstos. Cuanto más grande sea el árbol, mayor será el enfriamiento. Ellos pueden moderar el efecto de isla de calor causado por el pavimento y los edificios.
Alguien dijo que los árboles son poemas que la tierra escribe en el cielo, y en eso tenía mucha razón. Entonces ¿Qué sucede en esta ciudad que no dejamos que los árboles crezcan y se le da prioridad a los cables y al cemento? ¿Por qué preferimos soportar el clima candente, la aridez y el polvo, que dejar que un árbol nos brinde sus beneficios?
¿Acaso los habitantes de esta ciudad nos sentimos pequeños ante la complejidad y enormidad que representa un árbol ?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)