Tenía mucho miedo al ver todas esas caras desconocidas, unos jóvenes, otros no tanto, pero todos sabiendo lo que hacían con aplomo y seguridad. Yo era una extraña. Los escuché ¡Que torbellino de palabras! fluían y fluían incontenibles, todo lo que oía era maravilloso. Uno de ellos se distinguió por su elegancia; de su boca salían frases hermosamente engarzadas, adjetivos sorprendentes, elocuciones finamente construidas, era una delicia oírlo. En ese instante me sentí extasiada. Sin embargo poco tiempo después mi temor se acrecentó, estaba inmovilizada, incapaz de articular palabra. Llegó el momento, me temblaban las manos y no podía pasar las hojas, la voz se me cortó, aun así llegue al final. Después un gran silencio...el veredicto… viéndome a los ojos me dijeron "nos gustó, falta pulirlo, pero está bien" ¡Mi primera vez en un taller literario!
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DAR EL SALTO
Tenía mucho miedo al ver todas esas caras desconocidas, unos jóvenes, otros no tanto, pero todos sabiendo lo que hacían con aplomo y seguridad. Yo era una extraña. Los escuché ¡Que torbellino de palabras! fluían y fluían incontenibles, todo lo que oía era maravilloso. Uno de ellos se distinguió por su elegancia; de su boca salían frases hermosamente engarzadas, adjetivos sorprendentes, elocuciones finamente construidas, era una delicia oírlo. En ese instante me sentí extasiada. Sin embargo poco tiempo después mi temor se acrecentó, estaba inmovilizada, incapaz de articular palabra. Llegó el momento, me temblaban las manos y no podía pasar las hojas, la voz se me cortó, aun así llegue al final. Después un gran silencio...el veredicto… viéndome a los ojos me dijeron "nos gustó, falta pulirlo, pero está bien" ¡Mi primera vez en un taller literario!
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