Pintura de Brook Shaden
En ese profundo instante
te poseí
Solo para mirarme
en el espejo roto
de tus misterios
Ahora
Acaricio tus ojos
llenos de noche
lagos oscuros
tus manos que
disfrazadas
de mármol
permanecen inmóviles
permanecen inmóviles
Escucho tu silencio
de muñeca deshojada
los latidos insonoros
de tu piel
Ya no me molesta
el estruendo de tu cuerpo
la hojarasca de tus huesos
ni su compás artero
Respiro por fin la música
tenue
distante
sincopada
de las póstumas notas de tu aliento.
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