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PINTORAS MEXICANAS: MARIA IZQUIERDO, NAHUI OLLIN


MARIA IZQUIERDO


María Izquierdo (1902-1955) fue una pintora mexicana nacida en 1902 en San Juan de los Lagos (Jalisco) con el nombre de María Cenobia Izquierdo Gutiérrez. Aunque la mayoría de sus biógrafos aceptan como fecha de nacimiento 1902, algunos otros establecen que fue en 1906. Fue la primera pintora mexicana en exponer sus obras fuera del país en el año 1930. Su primera exposición tuvo lugar en el Art Center de la ciudad de Nueva York. Murió en la Ciudad de México, el 3 de diciembre de 1955.

Hacia finales de los años 20, ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes, en enero de 1928, y se mantuvo como alumna de la antigua academia de San Carlos hasta junio de 1929; Fue ahí donde se matriculó en la clase de pintura de German Gedovius, el cual impartía la clase de colorido y composición, y años más tarde en pintura de figura. Cursó historia del arte con Antonio Caso y dibujó con Alberto Garduño. Tomando en cuenta que María Izquierdo llevaba relativamente poco tiempo en la Academia, comenzó a asistir a cursos avanzados siendo que era una novata; incluso el maestro Germán Gedovius le concedió permiso para no asistir a la escuela y pintar y estudiar desde su casa ya que como el decía: "la muchacha tenía mucha cabeza para la pintura".

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En el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México, había una galería de arte la cual estaba atendida por los pintores Carlos Mérida y Carlos Orozco Romero. En esa galería se llevó a cabo la primera exposición de María Izquierdo, la cual fue muy comentada por las publicaciones de la época. La introducción al catálogo fue escrita por Diego Rivera, el cual era ya Director de la Escuela Nacional de Bellas Artes. En ese texto plasmó el gran desarrollo que había tenido la joven pintora, a la cual definió como una de las personalidades más atrayentes del panorama artístico y uno de los mejores elementos de la academia, considerándola "un valor seguro; seguro y concreto".
También surgieron muchas reseñas periodísticas sobre sus trabajos. Retrato de Belem, el cual es de sus primeras obras de las que se tiene conocimiento, es un retrato en el cual abandonaría el uso de la perspectiva académica, explorando y proponiendo en el terreno de lo compositivo.

Sin duda llevar a cabo este tipo de acciones significó cuestionar lo que había aprendido con su maestro German Gedovius, el cual le exigió un esfuerzo técnico totalmente distinto. Muchas de sus composiciones, realizadas por María en 1929, rememoran en buena medida los trabajos de las escuelas de pintura al aire libre, las cuales visitaba frecuentemente. Otra gran influencia que tuvo en esta época fue la del pintor mexicano Rufino Tamayo, el cual impartía clases en la Escuela Nacional de Bellas Artes y tenía afinidad con los proyectos de Diego Rivera. Entre ella y Tamayo hubo una relación profesional y afectiva hasta que éste la abandonara para casarse con Olga. María luego, tuvo una relación con el pintor sudamericano Raúl Uribe quien se encargó de vender la obra de María fundamentalmente a diplomáticos, Uribe finalmente la abandonó años después de que una hemiplejia atacara a María. Ella murió muy pobre en la Ciudad de México.1
Existen semejanzas entre sus pinturas y las de Tamayo en el período de 1929 a 1933, aunque cabe mencionar que Rufino Tamayo nunca fue dado a formar discípulos.
Al año siguiente (1930), en el Arts Center Gallery de Nueva York se celebró su primera exposición individual en los Estados Unidos, colocándola como la primera expositora mexicana en ese país. Su exposición contemplaba catorce óleos que incluían naturalezas muertas, retratos y paisajes. En ese mismo año la American Federation of Arts presentó en el Metropolitan Museum of Art una exposición de arte popular y pintura mexicana que incluyó obras de Rufino Tamayo, María Izquierdo, Diego Rivera y Agustín Lazo, entre otros.
Actualmente la mayoría de sus obras se encuentran en manos de extranjeros y muchos de sus restantes trabajos se encuentran perdidos. Su obra se caracteriza por el uso de intensos colores, y temáticas que van desde autorretratos, paisajes, naturaleza, hasta surrealismo.








NAHUI OLLIN CARMEN MONDRAGON




María del Carmen Mondragón Valseca o Nahui Ollin (8 de julio de 1893 - 23 de enero de1978) fue una pintora y poetisa mexicana que nació en la Ciudad de México, en el seno de una familia acaudalada del Porfiriato, a finales del siglo XIX, nacida en la Ciudad de México. Hija del general Manuel Mondragón. Todos sus contemporáneos describieron su hipnótica y erótica belleza, la cual puede ser fácilmente constatada por las muchas fotografías que de ella existen.

Nahui Ollin compartía largas veladas bohemias junto a Dolores del Río, Guadalupe Marín, Antonieta Rivas Mercado, María Tereza Montoya,Frida Kahlo, Tina Modotti, Lupe Vélez y María Izquierdo, José Vasconcelos Calderon, Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.
Eran los años veinte, y el México macho se escandaliza ante un grupo de mujeres que, aún sin tener derecho a voto, rompen moldes y convenciones: Tina Modotti, Lupe Marín, Lupe Rivas Cacho, Nellie Campobello, María Dolores Asúnsolo (Dolores del Río), Frida Kahlo,Clementina Otero, Antonieta Rivas Mercado. De todas ellas Nahui Ollin es la más atrevida, la más libre y rebelde. Pero la sociedad de su época prefiere calificarla como descarada, libertina y perturbada. Nahui prodiga su cuerpo, se retrata desnuda, habla sin prejuicios, rompe esquemas. Y la “gente de moral y buenas costumbres”, incapaz de comprender, le dicia loca.


Mondragón formó parte de ese grupo de talentosas mujeres que durante las décadas de 1920 y 1930 produjo uno de los períodos más activos y fascinantes de la cultura y el arte en México.
Si bien varias de sus pinturas y poemas no carecen de talento, Carmen Mondragón debe su celebridad más a su biografía que a sus trabajos. Fue la primera mujer que usó una minifalda en México y siempre gozó y exaltó su sexualidad. En Hollywood posó desnuda para el fotógrafo Edward Weston, en lo que es quizás la mejor serie de retratos del estadounidense.
A los cuarenta años Mondragón, conoce a Eugenio Agacino, quien era capitán de un barco. Mondragón y Agacino formaron una explendida pareja según testimonios de la época, luego de tener y abandonar a varios amantes, se retira de la vida pública.